En la gran época donde los juegos de la serie Final Fantasy dominaban el mercado, tiempos de PlayStation, recuerdo que con mis amigos comentábamos cómo iban nuestras partidas y lo que íbamos logrando cada uno de nosotros. Sin embargo, me llamó poderosamente la atención como un colega de esos que le echaban a todo incluso más horas que yo comentó un día: "Sí, todos son geniales, ¿pero sabéis a cuál es al que más horas le tengo echadas? Al Final Fantasy Tactics".
Todos nos quedamos un poco a cuadros porque ese juego nos parecía de esos raros a los que sólo se podía jugar a base de emuladores o algo así. Y es cierto: Final Fantasy Tactics (1997/98) no fue editado en Europa y sólo se podía jugar en las PlayStation de nuestra región en caso de usar chips o CDs de esos que modificaban las capacidades de la consola y permitían jugar a los títulos piratas. Era lo normal para la época pero, claro, pocos sitios te iban a ofrecer un juego americano por mucho que tuviera Final Fantasy en su título.
Así que lo dejé pasar y no fue hasta que pude tener internet en casa cuando, por fin, pude probar de qué iba ese juego que había logrado atraer tanto tiempo a un colega que solía devorar sus títulos al igual que yo hacía.
Lo que me encontré fue algo diferente a todo lo que había jugado. SRPGs como Shining Force no tienen casi ningún parecido a este juego y, además, todo parecía... ¿Complicado? En serio, estuve a punto de dejarlo pasar, pero tras dedicarle tiempo acabó convertido en uno de mis títulos favoritos, así que vamos a comentar sus aspectos: